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Últimos Sismos del Centro Sismológico Nacional, Universidad de Chile

martes, 1 de noviembre de 2011

¿QUE ES LA RADIO AFICION?

¿Qué es la radio afición?

¿Qué significa  la Radioafición? ¿Qué significa ser radioaficionado? ¿Qué imágenes se dibujan en tu mente cuando oyes estas palabras? ¿Piensas en el código Morse, en la experimentación con equipos de radio, o en las noticias sobre radioaficionados que envían mensajes tras algún desastre natural como los terremotos? Bien, en principio los radioaficionados se ocupan de todas estas cosas por simple afición.
Su denominación reglamentaria oficial es la de Servicio de Aficionados, cuya definición por la UIT desde hace varios años es la siguiente:
"Servicio de radiocomunicación que tiene por objeto la instrucción individual, la intercomunicación y los estudios técnicos, efectuados por aficionados, esto es, por personas debidamente autorizadas que se interesan en la radiotecnia con carácter exclusivamente personal y sin fines de lucro".

Comunicación y experimentación: estas son las finalidades de la radioafición y las motivaciones por las que gentes de todos los niveles sociales se hacen radioaficionados. Jóvenes y mayores, juntos disfrutan de la emoción de encontrar e intercambiar ideas con personas de todo el mundo. Es casi imposible describir en palabras, la excitación que supone la construcción de un equipo o la consecución de un nuevo circuito y luego conseguir que se comporte como debe para incorporarlo como un perfeccionamiento más a la estación.

Toda estación de radioaficionado dispone de un distintivo o indicativo de llamada con el que se identifica. Los prefijos de estos indicativos han sido atribuidos a nivel mundial por la Unión Internacional de Telecomunicaciones. Por ejemplo, los indicativos de llamada cuyas primeras letras son AA, AL, K, N o W pertenecen a Estados Unidos de América. Uno de los indicativos de llamada más conocidos en el mundo entero es W1AW que pertenece e identifica a la estación de la American Radio Relay League, la asociación norteamericana de radioaficionados y que se erigió en memoria del fundador de esta asociación, Hiram Percy Maxim.

Los radioaficionados viven tan identificados con el indicativo de llamada de su estación propia que casi siempre persona e indicativos van íntimamente ligados en la mente de los amigos colegas. Barry, K7UGA, de Arizona ha «trabajado» (hablado con) miles de colegas en el aire. La mayoría de ellos ignoraban que se trataba, nada menos, que del senador Goldwater de Estados Unidos. El rey Hussein de Jordania es otro radioaficionado al que se le conoce sencillamente por JYI entre todos sus amigos del éter. Otro tanto ocurre con el rey de España, Juan Carlos, EA0JC; con el ex presidente de la república de Italia, Francesco Cossiga, cuyo indicativo de llamada es I0FCG. Y al igual que coexisten reyes, políticos prominentes y artistas famosos en las filas de la radioafición, éstas se nutren en su mayoría de personas de todos los niveles sociales, de todas las edades, desde adolescentes hasta «mayores» que sobrepasaron los ochenta años y que disfrutan con la radio. Y muchos minusválidos cuya única fuente de diversión es la radio.

La electrónica, aparece rodeada de cierto halo de misterio para la mayoría de la gente, a pesar de que tiene un papel primordial en la vida cotidiana. Un lego en la materia experimenta confusión ante palabras tales como voltio, ohmio o amperio. Pero una vez que alguien explica con un lenguaje llano los conceptos fundamentales, dichos vocablos pierden todo su ocultismo y ya no inspiran temor alguno.
Aparecen radioaficionados en los lugares más insospechados. El Dr. Peter Pehem, 5Z4JJ, es uno de los médicos volantes en África. Vive en una pequeña aldea situada en la ladera septentrional del Monte Kilimanjaro, en Kenia. Se siente interesado por los satélites de radioaficionado pero no puede dedicarles mucho tiempo durante su trabajo. ¡Pero en sus pocas horas libres disfruta con fruición dedicándose a su «hobby» preferido y recibiendo el aliento de cientos de personas esparcidas por todo el mundo!
Alguien regaló a Peter un viejo radioteléfono, una lámpara de radio y un tramo de cable coaxial. A este material el doctor añadió algunos tubos de aspirinas vacíos y un cristal de cuarzo procedente de la radio de su avioneta. En medio de la selva africana, logró construir un transmisor casero con el que conversar con el mundo entero a través del satélite OSCAR, el Orbiting Satellite Carrying Amateur Radio. Peter demostró al mundo algo importante con su equipo de construcción doméstica: no es necesario poseer el último modelo de equipo comercial para pasarlo bien en el éter. Una verdad que los recién llegados a la radioafición descubren todos los días.
Hubo un tiempo, hace muchos años, en la que no existía el equipo comercial de radioaficionado. Los pioneros de la radioafición, que iniciaron sus actividades hace más de 75 años, se esforzaron en descubrir sistemas cada vez más eficaces para poder comunicarse entre sí. Todos los equipos fueron ineludiblemente de construcción casera y tuvieron la capacidad suficiente para mantener las comunicaciones a lo largo de varios kilómetros. Algunos de aquellos transmisores consistían simplemente en una sección de alambre de cobre arrollado a lo largo de un tubo de cartón y unido eléctricamente a unos pocos componentes básicos y a un alambre tendido que servia de antena. A menudo la comunicación sólo se podía establecer en un sentido, con una estación transmisora que enlazaba con varias estaciones receptoras. A través de los años los radioaficionados se han esforzado siempre en tratar de descubrir la forma de transmitir mejor y lograr mayor alcance. Todavía hoy en día se esfuerzan constantemente en mejorar sus comunicaciones tratando de desarrollar y hacer progresar el arte de la comunicación radioeléctrica.

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